En un mundo de cambios
tecnológicos inmersos en la diversidad de áreas sociales, la educación debe ser
el principal motor para el uso de las tecnologías de la información y la
comunicación como un andamiaje estratégico que persiga la transformación en las
aulas y por ende en el proceso de enseñanza – aprendizaje de los individuos.
El espacio para la enseñanza y el
aprendizaje no se encuentra solo en las aulas de clases, los textos escolares o
la tradicional pizarra. El docente en su rol de investigador, tiene un abanico
de opciones interesantes para hacer de la enseñanza una experiencia, además de
significativa, motivadora y didáctica, el puente perfecto para lograr un óptimo
y eficaz aprendizaje en cada uno de sus estudiantes.
En este caso, hago referencia a un espacio
que para muchos es más fácil desconocer que descubrir, aquel que suelen llamar mundo
virtual, ciberespacio, realidad virtual, entre otros términos. Un espacio que
nos invita a crear, utilizar o compartir variedad de estrategias
instruccionales para aplicar en nuestro quehacer diario y que nos permite transformar
el aprendizaje tradicional en aprendizaje
colaborativo, regalando la posibilidad a los estudiantes de apropiarse del
conocimiento, generar ideas e interactuar con sus pares en tiempos reales.
Un espacio que llegó para quedarse y espera
ansioso ser descubierto, puesto que sin la participación de las personas que
hacen vida en él, su función no sería útil. Por consiguiente, le corresponde
al docente, apropiarse de las TIC, seleccionar
los medios adecuados para su
aplicación en el campo educativo y generar encuentros diferentes para el aprendizaje,
en donde la televisión educativa, los videos, presentaciones Power Point –slideshare-
y multimedias, despierten la visión; los
podcast invadan de alegría la audición; y el sin fin de recursos que nos
ofrecen (portales educativos, juegos educativos, páginas web, aulas virtuales) sean el camino para desarrollar y estimular aquellas teorías que muchas veces
leímos en la universidad – inteligencias múltiples, cerebro triuno, aprendizaje
significativo, procesamiento de la información – y están plasmadas sin
practicarlas.
Cabe finalizar reflexionando: La
educación data de tiempos remotos y el maestro ha estado presente durante los
cambios que la historia refleja. La tecnología de la información y la
comunicación escribe nuevas historias y como docentes debemos permanecer en
ellas, porque las TIC, son para descubrir…
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